sábado, 23 de octubre de 2010

Buen Dia 3

Las siguientes horas son neutras por decirlo de alguna manera, es decir no te pasa nada malo, bueno no un gran evento, pero si tu esperanza es mucha y comienzas a sentir o a pensar que las cosas van a mejorar, comienzan a llegarte pequeñas señales para darte a entender que no, no van a mejorar.

Pequeñeces como que te manchas tu camisa con tu bebida, alguien te ha pisado, o algo, algo que evita que recuperes la fe, pero te mantiene en la fina línea entre el buen y el mal humor, no eres capaz de decidirte. Así que permaneces neutral.
Eso hasta que sales del trabajo, o tu escuela o de donde quiera que hayas pasado las últimas horas de tu vida y camino a casa te das cuenta de varias cosas, que normalmente pasan pero ahora en este punto las consideras demasiado notorias como para pasarlas por alto.

Notas que o bien el camión viene hasta el tope, y aun que no lo creas, se sigue llenando, o bien el trafico es insoportable y el ruido, la gente, el clima, entonces te das cuenta de la conspiración contra ti y tu buen humor.

Aun así no quieres enojarte, así que pides tregua, piensas o ruegas “por favor dios, solo quiero llegar a mi casa”, solo eso, y rápido de ser posible, pero no, no es posible. La ruta o viene a vuelta de ruedas, parándose cada 5 minutos para subir más personas que sinceramente, no sabes como entran. O estás en tu auto atrapado en el trafico, tras un carro que siente que va en un velorio y para colmo todas las luces son las rojas.

Y no importa el tiempo que hagas a tu casa, ese día haces casi el doble, EL DOBLE, no puedes creerlo, pero en fin, llegas a tu casa, cansado, estresado con el ánimo por los suelos, lo único que quieres hacer es relajarte, comer algo y quizá mirar un rato la tele, nada más. Pero noooo, no podía ser tan sencillo, porque apenas cruzas la puerta eres recibido por un “hay que hacer ….”.

Ni siquiera te dan tiempo de asimilar que has llegado a tu casa, cuando ya te piden
hacer algo, algo como ir a la tienda, ayudar en algo (la tarea de alguien, limpiar, mover, siempre hay algo), intentas (estúpidamente) pedir un tiempo de descanso, pero no, te lo impiden, casi siempre es tu madre, o alguna otra figura de autoridad en la casa, y lo haces, refunfuñando, con hambre, cansancio y resignación lo haces.

Cuando lo terminas crees que podrás descansar, pero justo en ese momento de paz mental, te llega, como revelación divina, que aun no puedes relajarte aun tienes tarea por hacer (el estudiante recuerda la tarea pendiente de la que no entendió ni J, el trabajador alguna tarea domestica de la cual es el encargado) y te das contra la pared, a veces, literalmente, y con ello solo empeoras tu dolor de cabeza, en este punto es oficial, estas de mal humor.

Lo han conseguido estas enojado, ellos ganan, tu pierdes, y cuando estas de pésimo humor, queriendo matar al primero que te mire, pasa algo, te rematan, como si con ello dijeran “Ja, te hemos ganado”, es una pequeñez, como que te pegas con un mueble, olvidaste comprar algo imprescindible para el día de mañana o simple y sencillamente se te pasa un programa o película que querías ver y lo sintonizas justo para ver los últimos 10 minutos y joderte el final.

Maldices, te vas a dormir, no quieres saber nada del mundo, pero el mundo aun quiere saber de ti, por eso, no puedes dormir, te la pasas dando vuelta en la cama, hasta las 2 de la mañana y tú te levantas a las 5.

Pero lo logras, duermes, y cuando te despiertas, lo haces cansado, arrastrando los pies y aun de mal humor, convencido de que el día será horrible, casi como el del día anterior y conforme pasa te das cuenta de que…no, no es tan malo como el día anterior, te pasan todas las cosas que esperabas que pasaran cuando ibas de buen humor , pero no, te pasan cuando vas de mal humor y estas fastidiado porque te das cuenta de la maldita broma que te acaban de jugar.

Si la vida y su maldita ironía.

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